A mediados del 2017 el dueño del departamento que alquilaba me dijo que en mayo de 2018, cuando concluyera mi contrato, no me renovaría la locación porque quería el departamento para él.
Mi primera reacción fue desesperación. ¿Me pongo a buscar departamento ya? ¿Busco un crédito y pienso en comprar una casa? ¡Voy a tener que dejar mi departamento, mi hermoso departamento!
Pero luego de media hora de ver avisos clasificados me di cuenta de que ahí había una oportunidad.
Como cuento en Sobre Mí, en el 2008 me tomé (casi) un año sabático y ya desde hace un tiempo tenía ganas de generar algún plan fuera del país. No lo hacía porque me gustaba mi casa y porque mi vida en Buenos Aires es muy buena. Están mi familia y amigos, mi trabajo, que me gusta mucho, y la ciudad, la que a pesar de los años me sigue encantando.
Sin embargo, estaba ahí rondando el plan de algún momento buscar alguna oportunidad formativa y experimentar vivir afuera nuevamente. Fue así que me puse a buscar programas. Busqué en todos lados, en varios países latinoamericanos, en algunos asiáticos, incluso, en Oceanía y en Europa. Y así quedaron seleccionados dos, uno en Alemania y otro en Estonia. Pero el que verdaderamente me encantaba era el de Estonia, así que, sólo apliqué al programa estonio y me dije «Si sale, genial, si no sale, sigo mi vida en Buenos Aires».
Mi aplicación fue exitosa, así que después de un terrible estrés previo a la partida (¡hay que pensar en muchas cosas antes de mudarse de país!), junté mis petates, usé una valija por primera vez, y hacia aquí vine, con 28 kg de mis pertenencias encima.
Por lo que en los próximos meses estaré compartiendo con ustedes mi experiencia estonia, la que, por el momento, viene viento en popa.
Ya les contaré cómo sigue. 😉
Viajanding 
genia!!
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