Mis favoritos en Bucarest

Como comentaba en esta otra entrada, Bucarest – Bucuresti en rumano – fue un destino con mala publicidad durante mi pasaje por Transilvania: que la gente es hostil, que la ciudad es sucia, que hay mucha inseguridad, que la contaminación se nota en el aire, que el tráfico es insoportable y un montón de cuestiones más asociadas generalmente a cualquier ciudad grande.

Después de la tranquilidad y el infinito verde de Transilvania, puedo entender que sea un shock llegar Bucarest, pero no me pareció que fuera particularmente sucia ni contaminada. Hay tráfico sí, pero nada insoportable. Además, me pareció especialmente segura. Lo único que sí puedo conceder es que la gente no es tan amigable como en los restantes lugares de mi itinerario rumano y, en algunos bares y restaurantes, parecía casi que nos odiaban. Pero bueno, tuve interacciones hermosas con muchas personas en locales chiquitos, muchos fuera del circuito turístico, con quienes nos comunicamos a pesar de no manejar ninguna lengua en común. Cuando en inglés muy limitado me preguntaban de dónde era y les contestaba que de Argentina, abrían los ojos como plato y eran aún más cordiales.

Es decir, aún en la aparente hostilidad de Bucarest, encontré gente super amable. Por lo que mi opinión sobre los rumanos no cambió ni un poco luego de mi visita a la capital: son latinos y se nota en la amabilidad, en la sonrisa y en la hospitalidad.

Dicho todo esto, paso a compartir con ustedes, cortito y al pie, diez recomendaciones de cosas para hacer, ver, comer, beber, bailar y escuchar, en Bucarest.

Como todas las listas de favoritos, las recomendaciones a continuación están absolutamente impregnadas por mis gustos, así que probablemente mucho de lo que aparece aquí listado no sean “imprescindibles” para todos, pero lo son para mí.

La arquitectura ecléctica

Bloques soviéticos, iglesias que fueron trasladadas de un punto a otro de la ciudad, edificios contemporáneos…todo quizás en una sola cuadra. Es impactante. Por donde se camine, especialmente en el centro de la ciudad, siempre hay algún detalle que llama la atención. Y hablando de caminar…

El free walking tour

OK. Sé que esta es una recomendación que suelo repetir, pero en el caso de Bucarest entra en el top 5 de cosas para hacer. Yo hice el tour de Walkabout, que se ofrece en inglés todos los días y, además, tiene opción de tour en español los fines de semana. Si bien el sitio dice que el paseo dura dos horas y media, en nuestro caso duró un poco más y valió la pena. La guía era local y habló mucho sobre la historia reciente de Rumania, brindando distintos puntos de vista sobre cada elemento, lo que me pareció interesantísimo.

El tour por el Parlamento

Otro infaltable de Bucarest: la visita al Parlamento. Como contaba en esta otra entrada, el Parlamento Rumano rompe varios récords arquitectónicos: es el edificio administrativo civil más grande del mundo, es el segundo edificio más grande del mundo después de el Pentágono y es el edificio administrativo más costoso y pesado.

Si su exterior es impresionante, ni les cuento su interior. Yo hice el tour estandar, que cuesta 35 LEI (unos 7.50 euros) y me pareció dinero muy bien gastado.

Dato a tener en cuenta: hay que reservar la entrada previamente. En mi caso, el amable chico de la recepción del hostel lo hizo por teléfono en menos de un minuto. Hay que estar un rato antes de la franja horaria elegida y hay que llevar SI o SI pasaporte. Y en mi caso, como llegué antes, la señora de la recepción, cuando notó que había cancelación me dejó hacer el tour en un turno antes. Golazo.

Las panaderías al paso

Ideales para presupuestos gasoleros, cronogramas ajustados y curiosidades hambrientas, las panaderías al paso se convirtieron en mi fuente de snacks. En muchos casos, aún sin manejar una palabra de rumano yo y ni una palabra de inglés las señoras que atienden, siempre logramos comprendernos y siempre quedé contenta con la elección. «Orange…dulce….good» y me llevé una suerte de roll de masa filo rellena de calabaza y sésamo.

Control Club

El martes todos los tragos son 2×1, dijo, y me enamoró. Con esa premisa organicé una encuentro de CouchSurfing y convoqué para ir Control Club. Innecesarios shots de tequila y jägermeister, combinados con cerveza Guinness. Resultado: muchas risas y baile. El milagro de navidad fue amanecer sin resaca al día siguiente.

El metro comunista

Estaciones inmensas pensadas para trasladar a los obreros desde los suburbios a la ciudad. El metro no es hermoso como el de San Petersburgo ni clásico y moderno como el de Budapest pero tiene algo monumental y pragmático que hace que entre cómodo en esta lista de recomendaciones.

Una tarjeta de dos pasajes cuesta 5 lei (1 euro) y la de diez viajes, 20 lei (4 euros), así que si planean viajar bastante en metro, puede comprar una de 10 viajes, ahorrarse unos lei (para usar en la panadería al paso amiga) y evitar hacer filas.

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La estación Universitate del metro de la capital rumana.

Un café en Origo

Después de maltratos varios por parte del personal de distintos bares y restaurantes de Bucarest, llegué a Origo: un oasis de buena onda, cordialidad y excelente café. No es la recomendación más barata de esta lista, pero vale la pena. Puede ser un plan para desayunar antes de ir al Parlamento.

Una tarde en Clubul Țăranului

Un couchsurfer que contacté me dijo «En Clubul Taranului van a dar un película sobre la independencia de Rumania. Es cine mudo y habrá música en vivo». Allá fuimos. La película era Independenta Romaniei, de 1912, y fue realmente una gran experiencia.

El lugar es un centro cultural, con agenda variada, en una zona super tranquila. Los precios son normales y tienen cerveza tirada.

Jugos naturales en el Caso Histórico

La mañana post Control Club, mientras caminaba por el casco histórico de Bucarest, me encontré con un pequeño bar, con mostrador a la calle, que vendía todo tipo de jugos naturales, preparados en el momento. Una puede elegir cuáles frutas combinar o puede ser asesorada por las chicas amables que atienden – que fue lo que hice yo.

Cărturești Carusel

Y otro de mis clásicos: libros. Bucarest tiene una hermosa librería, en el caso histórico a pasitos del local donde encontré los jugos naturales. La librería tiene una fachada modern y el interior combina elementos clásicos y modernos, libros y recuerdos, y un café en el último piso.

Cărturești Carusel
La librería Cărturești Carusel

 

Y aquí termina este listado de favoritos. ¿Qué les pareció? ¡Compartan sus imprescindibles en los comentarios!

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